El operativo policial en Cali detectó un local clandestino, donde no solamente se empacaba medicina falsa sino que se lo hacía con falta de higiene.
No es la primera vez que la acción policial detecta e incauta este tipo de mercadería: Ya en el año 2017 se interceptaron 15 toneladas de supuestos medicamentos. Esta vez se decomisaron 7 500 pastillas falsas.
La acción policial logró frenar la fabricación de pastillas y detuvo para investigaciones a los presuntos delincuentes. En este caso se trata de 7 personas en los locales de Quito e Ibarra, además de los detenidos en la ciudad de Cali, por parte de la intervención de la Policía colombiana.
Los datos de los investigadores cuyos expedientes los tiene el Fiscal del caso para que formule acusaciones y oriente pesquisas, muestran que la mercancía falsificada llega al país por tierra y mar.
En el primer caso las pastillas viajan camufladas en el equipaje de quienes lo transportan.
Por la vía marítima se detectó el ingreso por la ciudad de Guayaquil.
El Código Orgánico Penal Integral (Coip) establece penas de entre 3 y 5 años para los responsables de esta clase de delitos.
Pero, además de la estafa y el lucro millonario que este tipo de adulteración arroja, hay otros problemas de salud graves.
En algunos casos se comercializan analgésicos y antigripales, se los colocan en tiendas y almacenes.
Se presume que las boticas registradas tienen organizados códigos de proveedores y registros pulcros de la trazabilidad de la mercadería.
En los casos señalados se ha establecido que se emplea como sustituto de las medicinas tiza o talco.
Con esta ingestión no solamente que los efectos que buscan las personas no se cumplen sino que pueden producir afectaciones a la salud.
Por tratarse de temas delicados que pueden dañar la salud de las personas quizá merezca la pena hacer campañas en los medios públicos y en este caso plenamente justificadas, cadenas de radio y televisión, advirtiendo a los potenciales compradores para que no se dejen embaucar y adquieran medicina con seguridad.