Todo esfuerzo para preservar la salud y alentar el desarrollo de las elecciones generales con máxima higiene, distancia personal y uso de mascarillas debe ser estimulado por la autoridad.
Ecuador, como sucedió el fin de semana en Portugal o hace poco en Bolivia, se apresta a los comicios presidenciales en un momento crítico de la pandemia del coronavirus.
Hay que extremar las medidas. El fin de semana se hizo un simulacro para calibrar los tiempos que emplearán los ciudadanos ante la urna. Es una lección que la distancia debe ser observada con absoluto rigor. Las aglomeraciones no deben darse ni en los centros de votación ni alrededor de los recintos electorales.
Es menester que a la entrada de los colegios y otros locales destinados a la colocación de las mesas de votación, esté apostado personal dispuesto a tomar la temperatura y vigilar el uso adecuado de mascarillas. Se da por descontado que no se permitirán ventas ambulantes.
Si bien el número y el costo para realizar pruebas PCR a todos los ciudadanos que aporten a la democracia con su presencia en las juntas electorales es elevado, al menos debieran aplicarse pruebas rápidas, aparte de las medidas ya aprobadas. Algo similar debiera ocurrir con los miembros de la fuerza pública que se asigne ese día y que tendrán una gran exposición con los votantes.
Esta urgencia debe ser coordinada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) y los ministerios de Salud, de Defensa Nacional y de Gobierno, así como con el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) nacional.
Mientras tanto, las dudas sobre el intento de destituir a los consejeros electorales quedaron superadas con la medida cautelar de un juez. La fragilidad institucional al interior del ente que propició la Constitución de Montecristi puso a prueba al sistema, y habrá que enmendar la norma.
De momento no se sabe si las elecciones para el Parlamento Andino se darán, pues las papeletas no están listas por las fallas en la impresión de la papeleta presidencial. El CNE debe corregir el asunto y se podría cumplir ese acto en la segunda vuelta.