Varios sectores de la economía real (bienes y servicios) merman su actividad desde 2014 en distinto grado y repercuten.
Este Diario ha presentado en los últimos días diversos reportajes para tratar de reflejar el estado de la actividad en sectores de naturaleza distinta.
Así hemos mostrado la situación en materia de la venta de vehículos que dependen de los cupos de importación y de la disponibilidad de dinero y crédito que en general ha bajado.
Otro aspecto importante y que genera miles de plazas de trabajo como el turístico experimenta restricciones ocasionadas por la falta de dinero sobrante en distintas capas de la población a lo que habría que sumar los impactos del terremoto como un factor adicional de esta baja sensible.
Un sector que suele ser muy dinámico y que está interconectado a todo nivel es el de la construcción.
Buena parte de la mano de obra menos calificada se dedica a esta importante labor. Además, el rubro de materiales de construcción y ferreterías tiene su propio pulso en diferentes fases de la construcción. No se diga las obras medianas y grandes, urbanizaciones y obras públicas de envergadura.
La contracción económica no será el único determinante para marcar los indicadores que se reflejen de la actividad económica en los próximos meses.
Además hay que agregar la nueva realidad impositiva y los lógicos aumentos del Impuesto al Valor Agregado que ha subido al 14%. Será inevitable.