La empresa petrolera de Venezuela, Pdvsa, está dejando el campo Sacha. Hace pocos años y con grandes ofertas pasó a ser parte del Consorcio Río Napo, junto con la empresa estatal ecuatoriana Petroamazonas.
Río Napo opera un campo que siempre se conoció como una de las ‘joyas de la corona’, en una etapa de producción madura (cuando ya ha dado todo y se intenta recuperar remanentes). De hecho, la producción diaria del campo Sacha es de 72 000 barriles (de enero a junio del 2016), la cual es considerable.
Río Napo entra en liquidación tras ocho años de operaciones. La causa: los incumplimientos de recursos e inversiones adecuadas comprometidas en el contrato.
El desembarco de Pdvsa en el Ecuador coincidió con la etapa de auge político del liderazgo de Hugo Chávez. Era la época en la que el teniente coronel viajaba por América ofreciendo refinerías por doquier. Pdvsa fue auspiciante de un equipo de fútbol de éxito.
Así llegó al Ecuador y el fracaso de una operación en la isla Puná en 2010 la llevó al Oriente, con su torre de operación a cuestas, con la constitución entusiasta de una empresa mixta.
La operación en Sacha termina mal. Cuando Venezuela se hunde en la inoperancia de Nicolás Maduro y la crisis del petróleo es evidente, la salida de Pdvsa es otro episodio fallido, como la millonaria inversión ofrecida para la Refinería del Pacífico, que se esfumó con los discursos grandilocuentes.