La apreciación del dólar

Una moneda fuerte es símbolo de buena salud económica. Ecuador no tiene moneda y depende del dólar estadounidense.
Más allá de la caída del precio del petróleo y el déficit en la balanza comercial ecuatoriana, las ventajas de la economía dolarizada en cuanto a estabilidad y baja inflación tienen su contraparte.

Ecuador pierde competitividad en sus productos exportables a Europa y los países vecinos, que ven depreciar sus monedas. A la vez, esto hace que los ecuatorianos vean atractivo hacer compras en el exterior y hasta turismo.

Pero, bien mirado, el dólar fuerte de Estados Unidos abre nuevas oportunidades si se tienen políticas claras de fortalecer, recomponer y ampliar nuestras exportaciones a la potencia del norte.

Una cadena de prejuicios políticos y discursivos cerró hace una década las negociaciones para un Tratado de Libre Comercio, que hoy podría mostrar múltiples ventajas en la relación con nuestro principal socio comercial, aquel país al que va la mayoría de nuestras ventas de comercio exterior.

Basta mirarnos en el espejo de México para advertir las ventajas de aquel tratado que suscribió con Estados Unidos y Canadá y que hubiesen llegado al Ecuador en alguna medida con un TLC.

Ahora uno de los retos es fortalecer y diversificar las exportaciones y fomentar el mercado norteamericano con volúmenes y calidad para obtener a cambio esas divisas que la crisis y la contracción muestran cada vez como imprescindibles para alimentar la economía.

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