El Ministerio del Trabajo emitió la norma que completa la llamada Ley de Justicia Laboral en materia de los decimotercer y cuarto sueldos.
La ley aprobada por la mayoría de legisladores del oficialismo (no todos estuvieron) y luego sancionada por el Presidente manda que esos sobresueldos se mensualicen. Se trata de las entregas establecidas para dos períodos de gastos adicionales: la Navidad y la entrada a clases.
En adelante los empleados que quieran que la entrega se siga haciendo en aquellas épocas críticas de gastos extras deben comunicar hasta el 20 de mayo su voluntad a los empleadores. En el futuro el cambio solo se puede notificar una vez al año en los primeros días de enero.
La decisión lleva a adaptar las disponibilidades de dinero, tanto para el sector público cuanto para la empresa privada, con el fin de entregar en cada nómina mensual la parte correspondiente.
Es evidente que, más allá de la libertad personal de decidir el destino de los recursos, es previsible que estos dineros entren a la economía que, de acuerdo a estimaciones de analistas, sufrirá efectos de contracción por las salvaguardias y sobretasas arancelarias.
Como se vio para el caso de los fondos de reserva en el IESS -y sin que el presente sea un caso análogo, necesariamente- la mayoría de ecuatorianos podría optar por el pago mensual.
Hay dos problemas: no se fomenta la cultura del ahorro y los gastos extras de las dos etapas pudieran generar aprietos en la economía familiar.