Entre las medidas que contiene el proyecto de ley de incentivos a la producción y prevención del fraude fiscal, aprobadas el lunes por la Asamblea, es llamativa la decisión de gravar con el 100% del Impuesto a los Consumos Especiales a cocinas, calefones y otros artefactos que usan gas.
En efecto, junto a incentivos para la inversión y para el cobro de deudas tributarias, a los cambios en la devolución del Impuesto al Valor Agregado para contribuyentes de la tercera edad, y a la normativa para la tributación de productos ‘hiperelaborados’, aparece la decisión de duplicar el costo de los artefactos de gas, para desmotivar su compra e incentivar el cambio de matriz energética.
Este es un plan del Gobierno mediante el cual se busca que la electricidad reemplace el uso del gas, un producto que el Estado importa a precios internacionales y subsidia internamente. La respuesta ciudadana para el cambio de gas por electricidad no fue la esperada y en muchos casos el consumidor se vio incentivado a seguir consumiendo gas en función de las promociones de cocinas.
El Gobierno espera, hasta abril del 2015, sumar a los 100 000 usuarios inscritos hasta entonces, los 500 000 que reciben el Bono de Desarrollo Humano. Se quiere dar un nuevo impulso a un plan que empezó débil en agosto, cuando la producción local, los precios de los electrodomésticos y la falta de infraestructura en las redes eléctricas no generaron reacción en el mercado. Si se cumple la expectativa, se incentivará a un sector específico de la producción nacional.