La imposición de sobretasas y salvaguardias a varios productos importados y la depreciación del peso colombiano produjeron un doble efecto complejo.
Los comerciantes de la provincia de Carchi, y lo propio ocurrió en otras localidades fronterizas, vieron mermar considerablemente sus ventas.
Los visitantes ecuatorianos cambian sus dólares por pesos y pagan en Ipiales y Pasto cifras mucho menores a la de varios productos en Ecuador, con precios e impuestos muy altos.
En octubre de 2015, el Comité de Comercio Exterior aprobó una canasta comercial. Pese que el anuncio se hizo con fuerza, no fue sino apenas hace pocos días que se logró poner en práctica.
El mecanismo funciona así: los comerciantes de Carchi van a Ipiales, compran los productos con un cupo limitado y los pasan sin inconvenientes en la frontera. Los visitantes ecuatorianos, en vez de pasar a Colombia, hacen compras en Ipiales y reciben factura ecuatoriana, con la cual no tendrán inconveniente al transportar productos.
El negocio para los comerciales carchenses está en la compra al por mayor; el rango de utilidad es pequeño, para que la operación sea atractiva para el visitante. Aunque los rubros son limitados y los cupos todavía no se amplían, esto permite fluir el comercio.
En estas fechas cercanas a la Navidad los compradores pueden conseguir televisores, computadoras, microondas, equipos de sonido a precios cómodos. Un ejemplo que puede replicarse.