En septiembre se puede concretar el ingreso de Ecuador al Mercosur. Todo acuerdo comercial es una buena noticia si se negocia anteponiendo los intereses nacionales. La oportunidad de posibles mercados con el Mercosur puede ser muy importante pero, acaso, no prioritaria.
Para el Ecuador llegar a un acuerdo con la Unión Europea supone una prioridad estancada por diferencias y cuestionamientos en materia de libertad de expresión y una negociación que poco ha avanzado en cinco años.
El mercado europeo es importantísimo para el Ecuador, tanto más si el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos no se pudo firmar en el gobierno de Alfredo Palacio y no se consideró prioritario el actual Régimen. No se tomó en cuenta que el principal socio comercial de nuestro país es Estados Unidos.
Otro mercado potencial gigante es aquel de la cuenca del Pacífico. Mientras varios países vecinos (Chile, Perú, Colombia) se integran con entusiasmo y acciones concretas a la Apec (Cooperación Económica Asia-Pacífico) el Ecuador es apenas observador. Esa mirada debiera estar en la lista de prioridades.
Estar asociado al Mercosur no es malo. Sí es cuestionable que Ecuador cumpla los deseos de Hugo Chávez. Venezuela se integró después de sus presiones geopolíticas para excluir a Paraguay, miembro fundador del foro. El comandante dice que estaría encantado de que Ecuador y Bolivia se sumen. Es curioso: él decidió que Venezuela abandone la Comunidad Andina, donde están Bolivia y Ecuador.
Nuestro país debe analizar con pragmatismo la conveniencia de entrar al Mercosur. La geopolítica, y peor la dependencia de liderazgos continentales, no debería ser parte prioritaria de una agenda soberana.