Los datos oficiales entregados por Migración muestran que en dos años casi 3 500 senegaleses pasaron por Ecuador.
La historia dio un giro a raíz de la declaratoria de la ciudadanía universal, un concepto humano loable pero que trajo aparejada la apertura para que miles de ciudadanos de distintos países llegasen al país con fines diversos.
Así, las propias autoridades del Régimen quisieron frenar lo que pudo convertirse en una avalancha incontrolable restableciendo visas para Afganistán, Bangladesh, Eritrea, Etiopía, Kenia, Nepal, Nigeria, Pakistán y Somalía, países de origen de muchos migrantes. Los registros hicieron que se prendieran las alarmas por los ingresos detectados entre los años 2008 y 2010. Desde hace poco, los ciudadanos cubanos también deben presentar visa, en vista del creciente número de personas procedentes de ese país.
Es verdad que muchos ciudadanos permanecen en el Ecuador, como se atestigua de modo cotidiano. Sin embargo, las autoridades policiales, que cruzan datos con sus instituciones pares de otros países, constatan una fuerte corriente migratoria que tiene al Ecuador como cabeza de playa.
Los datos publicados ayer dan cuenta del salto de los ciudadanos senegaleses a la Argentina en pasos complicados por tierra, atravesando Perú y Bolivia.
El tráfico de personas como un negocio donde operan mafias internacionales organizadas debe inquietarnos y ser evitado a toda costa.