El cambio climático ya no es un tema futuro, sino una realidad que afecta la seguridad alimentaria en América Latina. Según el Panorama Regional de la Seguridad Alimentaria y Nutrición 2024, 20 países de la región, entre ellos Ecuador, enfrentan desafíos climáticos extremos como sequías e inundaciones, lo que afecta gravemente los sistemas agroalimentarios.
En Ecuador, la subalimentación alcanzó el 13,9% en 2023, superando el promedio regional de 6,6%. Esto coloca al país en una situación crítica, ya que su producción agrícola depende del clima.
La subalimentación es una condición en la que una persona no consume la cantidad suficiente de alimentos para tener energía y una vida sana. También se conoce como hambre crónica. 2,5 millones de ecuatorianos se encontraron en esta situación, según el informe.
Además, la malnutrición infantil sigue siendo un grave problema. Un 22,7% de los niños menores de 5 años presenta retraso en el crecimiento, superando el promedio regional del 11,5%. La malnutrición crónica afecta no solo su salud, sino también su desarrollo y oportunidades futuras.
En 2023, el 36,9% de los ecuatorianos (6,6 millones) enfrentaron inseguridad alimentaria moderada o grave, por encima del promedio regional de 31,3%. Esto refleja problemas en el acceso y la disponibilidad de alimentos, agravados por la volatilidad de precios y la falta de políticas agroalimentarias eficientes.
El cambio climático extremo redujo la capacidad productiva del país, aumentando la vulnerabilidad de las familias pobres, especialmente de mujeres y niños, quienes tienen más dificultades para acceder a alimentos nutritivos. 40,6% de mujeres ecuatorianas afrontaron inseguridad alimentaria frente a 33,1% de hombres. Esto revela la brecha de género que sigue existiendo en el Ecuador.
El nuevo gobierno debe impulsar cambios en los sistemas agroalimentarios y asegurar un acceso más equitativo a los alimentos. El enfoque debe estar sobre todo en las zonas rurales.
Es urgente actuar. El Panorama 2024 resalta que la inseguridad alimentaria en Ecuador es una crisis que requiere atención inmediata. El cambio climático y las desigualdades sociales ponen a millones de ecuatorianos en riesgo de hambre. Es clave implementar políticas que refuercen la resiliencia climática y protejan a las poblaciones más vulnerables.