ECUADOR, LA ALBA Y EL MUNDO

Una vez más, la Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba) fue utilizada para propuestas audaces y hasta extravagantes. Este foro parece no conformarse con un nombre rimbombante sino que es tribuna de discursos efectistas fuera de lo común.

Esta vez, no solo se reafirmó la apuesta por sistemas de compensación comercial (el Sucre de Unasur y el banco de la Alba). Evo Morales, presidente de Bolivia, propuso que si no invitan a Cuba -integrante de la Alba- a la Cumbre de las Américas a celebrarse en abril en Cartagena de Indias, Colombia, ninguno de los países de la Alba asista. El Presidente ecuatoriano se sumó a la proclama.

Pero Rafael Correa también aprovechó la oportunidad para pedir que Latinoamérica sancione al Reino Unido por negarse a negociar con Argentina la cuestión de las islas Malvinas.

Las Malvinas fueron motivo de una disputa bélica cuando la dictadura argentina reivindicó su soberanía sobre las islas y Gran Bretaña, por la fuerza, recuperó los territorios que los soldados argentinos habían tomado por unos días. La polémica se avivó por recientes maniobras británicas en el archipiélago.

Más allá de la pertinencia de un reclamo de soberanía al que tiene derecho la Argentina por las Malvinas, está la oportunidad de la propuesta y la posibilidad de que sea o no secundada por otros países del continente.

La política internacional del Ecuador en los últimos días se presenta errática e ideologizada, las negociaciones con la Unión Europea están estancadas y la imagen internacional del país mermada por el acoso a la libertad de expresión. El Gobierno sigue abriéndose frentes internacionales innecesarios.

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