El drama de la droga

Los habituales enfoques para abordar los temas del narcotráfico desde el poder a través de la información oficial, y su reflejo en los medios, suelen enfatizar en el tamaño de los embarques detectados o en las conexiones mafiosas.

Pero más allá de estas anomalías y sus respuestas, que implican la preparación de las fuerzas del orden y una buena coordinación internacional para investigar e interceptar a las mafias, hay un drama humano de fondo.

Cada caso de drogadicción esconde tragedias humanas y familiares. Primero debemos hallar las causas intrínsecas que llevan a un ser a explorar el bajo mundo de la droga para fugar de la realidad. Esta indagación implica el entorno educativo y familiar, y la formación en valores. Debemos estar conscientes de lo difícil que suele ser en la sociedad contemporánea y su aislamiento social y familiar, detectar a los adictos, al menos en sus primeras incursiones. El grupo familiar no tiene ni las herramientas ni la capacidad anímica ni la formación adecuada para afrontar el tema, y las salidas suelen precipitar a los enfermos a un despeñadero.

Una vez adentro, dejar el mundo de la droga puede volverse muy difícil. La familia se descompone y los daños pueden ser severos en el entorno íntimo y personal. Tampoco las respuestas de salud pública son las óptimas para acoger a los pacientes y su largo proceso de rehabilitación. Esta es una cuenta pendiente.

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