Dolorosa espera

Eltratamiento del doloroso episodio de la identificación y verificación de la identidad de los cuerpos del equipo periodístico ecuatoriano secuestrado en nuestro país y asesinado en Colombia no ha sido el adecuado.

Los familiares -ahora, en una tensa y angustiosa espera en Cali- han dicho que esperaban ser informados de modo directo por las autoridades de Colombia y Ecuador. La divulgación de datos imprecisos por las redes sociales no fue, en efecto, la manera adecuada para comunicar una noticia tan sensible. Es más, las contradicciones entre lo que funcionarios de Colombia calificaron de altas posibilidades de que los cuerpos correspondan a nuestros compañeros y la información de los especialistas, muestran distancias y pocas certezas todavía.

La Cancillería ecuatoriana emitió una nota de protesta por el modo en que se ha manejado la información, lo cual generó sufrimiento entre los familiares. Colombia mostró su sorpresa y estima haber cumplido sus compromisos.

El cierre de este capítulo con información completa, oportuna y ordenada es indispensable. Pero hay más tareas conjuntas pendientes que exigen información y coordinación fluida y suficiente para construir una situación mejor para los habitantes de las zonas fronterizas.

En muchos casos, la ausencia de los estados y un tejido social débil y hasta abandonado, es terreno propicio para actividades al margen de la ley. Más allá de los comunicados, hay que sostener acciones profundas y concertadas.

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