La dolarización cumple 25 años en Ecuador. El 9 de enero del 2000, el presidente de ese entonces, Jamil Mahaud, adoptó este esquema monetario como una suerte de salvavidas para frenar la crisis económica que experimentó el paÃs.
De esa forma puso fin al Sucre, que fue la moneda oficial ecuatoriana desde su adopción en 1884.
Desde el principio, la dolarización tuvo detractores y simpatizantes. La primera polémica fue la macrodevaluación con la que se fijó al dólar en 25 000 sucres para efectuar el cambio de monedas. Es decir, incorporar dólares al mercado y retirar los sucres.
Sin embargo, todos nos acoplamos a un esquema monetario que frenó la creciente inflación, permitió tener una cierta estabilidad para adquirir deudas de largo plazo y evitar la impresión de moneda sin un sustento que lo respalde.
Un cuarto de siglo después, no todos los beneficios económicos se pueden atribuir per se a la dolarización, ni tampoco todas las crisis.
Pero hay cifras interesantes que se deben analizar. En la actualidad, el 44,17 % de la población de Ecuador tiene menos de 25 años. Es decir, nunca efectuaron una transacción directa o personal en sucres.
El 58,7 % de la Población Económicamente Activa de Ecuador tiene menos de 44 años. Si se considera que para ingresar a la PEA, una de las consideraciones es tener más de 15 años, se podrÃa decir que más de la mitad de los ecuatorianos en edad productiva nunca recibió un salario en sucres.
Al no poder imprimir moneda local, hay cuatro fuentes -legales- para que Ecuador tenga nuevas divisas y afiance la dolarización. Se trata de las exportaciones, endeudamiento externo, inversión extranjera y remesas de los migrantes.
Se estima que Ecuador recibió cerca de 6 000 millones de dólares en remesas en el 2024. Por exportaciones llegaron otros 28 253 millones de dólares entre enero y octubre de 2024.
La inversión extranjera fue de 120 millones de dólares en el primer semestre de 2024. Finalmente, llegaron 1 500 millones de dólares en créditos externos del FMI en 2024.
El resultado que brinde la dolarización en el futuro (al igual que el pasado) dependerá de factores polÃticos y económicos, internos y externos, entre otros.