El diálogo es el camino elegido por Lenín Moreno para tratar temas de Estado que van más allá de la mirada excluyente o a veces mezquina de pasarlo todo por la mirilla de una ideología o un partido.
Así, las reuniones con los empresarios, los grupos de trabajo y la búsqueda de proyectos que puedan convocar a diversos gremios y a las personas, si bien no marchan de modo tan acelerado como las urgencias demandan, son una buena señal y un punto de partida.
En esa lógica de diálogo sorprendió el llamado a conversar a distintos dirigentes políticos sobre un tema que atañe a todos y que es de los más dramáticos de la vida nacional: las drogas.
El crecimiento de su influencia nefasta en la juventud, la penetración de grupos mafiosos, su escalada de violencia y distorsión en la economía y la deriva del microtráfico exige debates generosos y posturas firmes pero aceptadas por la mayor parte de la sociedad. En esa línea es un acierto del Presidente el haber convocado a dirigentes políticos.
La diversidad de sus opiniones, sus puntos de vista y sus propuestas pueden ser ejes valiosos sobre los cuales adoptar desde reformas legales hasta políticas de Estado en salud, sociedad y seguridad que demandan, convicción, vigor y recursos.
Muy positiva fue la respuesta de tres ex candidatos presidenciales. Incomprensibles, las críticas de dirigentes de Alianza País; habrá que superar esas grietas.
Bueno el gesto presidencial.