La sociedad va asimilando los alcances del ajuste que anunciaron el Presidente y los miembros del Gabinete en materia económica y fiscal.La colectividad poco a poco fue tomando conciencia de la situación económica y ha debatido en distinta medida lo que podrían haber sido anuncios más drásticos.
Para ir en el difícil camino de quitar la pesada carga de los subsidios al Estado, focalizar recursos para los más pobres y conseguir que quienes pueden hacerlo colaboren con la transparencia que requiere la economía, el Gobierno propone un diálogo nacional.
Aunque el diseño de esa instancia merece un esbozo más detallado, el Ministro de Finanzas ha señalado que ese espacio debe ser acotado -habla de 90 días- y que la naturaleza del debate debe ser propositiva. Esta es una buena oportunidad para que los consensos que arroje el diálogo sean, por primera vez, incorporados a decisiones del Ejecutivo. De qué manera y en qué medida focalizar el subsidio debe ser el objetivo de los encuentros.
Mientras tanto, ajustar gastos, ser austeros, predicar con el ejemplo y volver a un aparato público proporcionado a la realidad, son mensajes positivos.
En la medida en que se generen más ingresos, se dé -con la nueva Ley de Fomento Productivo- oportunidades para generar empleo y mejorar la productividad, los mercados acogerán las iniciativas de colocación de bonos en mejores condiciones y las cuentas fiscales estarán menos presionadas.