La colada morada y las guaguas de pan son más que simples platillos que adornan nuestras mesas durante el Día de los Difuntos en Ecuador; son expresiones vivas de nuestra identidad cultural y de una herencia ancestral que merece ser preservada y promovida.
En un mundo cada vez más globalizado, donde las tradiciones pueden verse amenazadas por la uniformidad cultural, es esencial que la sociedad, las instituciones culturales, los núcleos familiares y los nuevos colectivos culturales se unan para enseñar y celebrar estas costumbres más allá de una simple novelería culinaria de temporada. La educación formal y los nuevos relatos sobre estas tradiciones pueden ayudar a las nuevas generaciones a entender su significado profundo y a generar conexiones que trasciendan fronteras.
La colada morada, una bebida espesa hecha a base de maíz morado, frutas y especias, junto con las guaguas de pan, que son panes en forma de muñeco rellenos de dulce, son parte integral de la celebración del Día de los Difuntos.
Estas tradiciones no solo representan un acto de recuerdo hacia nuestros seres queridos fallecidos, sino que también simbolizan la conexión entre el pasado y el presente. Según la antropóloga ecuatoriana María Elena Tello, “la comida es un vehículo poderoso para transmitir valores culturales y recuerdos familiares”.
Las familias juegan un papel crucial en la transmisión de estas tradiciones. Es en el hogar donde se enseñan las recetas, se comparten historias sobre su origen y se crean recuerdos alrededor de su preparación. Los padres y abuelos deben involucrar a los más jóvenes en la elaboración de estos platillos, explicando no solo cómo hacerlos, sino también por qué son importantes. Este proceso no solo fortalece los lazos familiares, sino que también asegura que las tradiciones se mantengan vivas.
La educación formal puede ser un aliado poderoso en la promoción de nuestras tradiciones culturales. Las escuelas deben incluir en sus planes de estudio temas sobre cultura ecuatoriana, historia local y tradiciones culinarias. Esto puede hacerse a través de talleres prácticos donde los estudiantes aprendan a preparar colada morada y guaguas de pan, así como mediante proyectos que exploren su significado cultural.
Además, es fundamental que los educadores fomenten nuevas narrativas alrededor de estas tradiciones. Por ejemplo, se pueden organizar concursos o ferias gastronómicas que celebren la diversidad culinaria del Ecuador, permitiendo a los estudiantes investigar sobre sus orígenes y compartir sus hallazgos con sus compañeros. Incluso, se pueden utilizar nuevas tecnologías de la comunicación para promover el aprendizaje y la conversación.
Los nuevos colectivos culturales también tienen un papel importante en la promoción de estas tradiciones. Grupos artísticos, comunitarios o incluso plataformas digitales pueden crear espacios para compartir recetas, historias y experiencias relacionadas con la colada morada y las guaguas de pan. La utilización de redes sociales para difundir contenido relacionado con estas tradiciones puede ayudar a llegar a audiencias más amplias, incluyendo a aquellos que viven fuera del país.
Es interesante observar cómo algunas tradiciones culinarias han trascendido fronteras. Las celebraciones mexicanas como el Día de Muertos han ganado popularidad en Ecuador, mostrando cómo las culturas pueden influenciarse mutuamente. Esta conexión internacional puede ser una oportunidad para que Ecuador comparta su propia riqueza cultural con el mundo. Al promover nuestras tradiciones como la colada morada y las guaguas de pan en foros internacionales o eventos gastronómicos, podemos enriquecer el diálogo cultural y fortalecer nuestra identidad.
La colada morada y las guaguas de pan son símbolos poderosos de nuestra herencia cultural ecuatoriana. Es responsabilidad de todos —familias, educadores, instituciones culturales y colectivos— promover estas tradiciones más allá del ámbito culinario temporal. Al hacerlo, no solo enriquecemos nuestra identidad cultural, sino que también aseguramos que futuras generaciones comprendan sus orígenes y continúen celebrándolas con orgullo.