Desconcierto por el manejo de Quito

La suma de críticas, los juicios abiertos y ahora las denuncias sobre presunción de tráfico de influencias del hijo del Alcalde de Quito ponen en entredicho la administración de la ciudad.

De lo que se tiene memoria, pocas veces ha ocurrido una acumulación de señalamientos que destapan varios puntos flacos de la gestión del Municipio. Más allá de la percepción de una administración de estilo ausente, los temas que se ventilan en las cortes de justicia afectan a la imagen no solo del Alcalde sino del Cabildo.

La posible sindicación del Burgomaestre en el caso de las pruebas de covid-19, se sabrá de modo definitivo el 26 de abril. De momento, el Alcalde lleva en su tobillo un grillete electrónico y debe presentarse al juzgado varias veces por semana.

El responsable de Salud cuando se trajeron esas pruebas, de cuya efectividad se tejen cada vez más dudas, está prófugo de la justicia.

También hay investigaciones en curso sobre manejos de dinero en la Empresa de Agua Potable. La justicia investiga elementos complicados.

Como si lo señalado no fuese suficiente, la puesta en operación del Metro se ha dilatado, se habla de una administración propia frente a la aconsejada contratación de empresas extranjeras de altas cualidades y experiencia, y las promesas siguen atrasando el inicio de este servicio y sus prestaciones para descongestionar el tráfico en la capital.

A la avalancha de denuncias, sospechas e inconsistencias se suma ahora la detección de los chats del hijo del Burgomaestre, que revelarían contactos no tan ‘santos’ con autoridades del entorno del Alcalde. Yunda reacciona deslindando responsabilidad, primero, y poniendo en duda la legitimidad de los mensajes pero separando a varios colaboradores.

Ante este desobligante estado de cosas, la sesión del Cabildo no tuvo quórum. El bloque de 8 concejales de la Revolución Ciudadana no se presentó. El Alcalde salió rápidamente evadiendo a la prensa y varios concejales críticos exigen que renuncie o se tome una licencia para aclarar las cosas. Los quiteños y vecinos de la ciudad se muestran desconcertados.