El capitán del Ejército en servicio pasivo, Telmo Castro, fue nuevamente detenido; ya fue apresado en 2009 y luego puesto en libertad. En esta ocasión las investigaciones policiales lo vuelven a relacionar con mafias extranjeras poderosas como el cartel de Sinaloa.
La Unidad de Inteligencia de la Policía da cuenta de que otros uniformados -militares y miembros de la Policía, así como civiles- están bajo sospecha, como reporta EL COMERCIO el martes último. Las mafias de los carteles colombianos como Los Rastrojos y algunos frentes de las FARC, así como los carteles mexicanos, vienen operando en el país. Las detecciones de pequeñas aeronaves y el accidente de una avioneta en Pedernales permiten seguir las pistas.
Para el caso de Castro, según el informe policial, su registro de propiedades menciona una hacienda y una casa en Samborondón. Las presunciones apuntan a una propiedad en Santo Domingo, centro de reuniones de mafiosos de Colombia y México. Castro sería pieza clave, “el duro en Ecuador”, dijo a EL COMERCIO un alto oficial.
Preocupa la afirmación de que cinco efectivos policiales de una nómina de 208 separados tengan vínculos delictivos con las mafias. No bastaría separarlos de las filas. Habría que emprender acciones judiciales. Es importante proteger y blindar a los operadores de justicia de toda interferencia, penetración y presión de las mafias.