El debate por el veto

El Presidente vetó parcialmente el proyecto de Código Orgánico Integral Penal. Un 10 por ciento del articulado fue vetado por el Primer Mandatario y remitido al Parlamento.

El veto dejó fuera de base a varios legisladores del bloque oficialista. Algunos de ellos buscarán insistir en cinco puntos objetados por el Presidente. Aunque la pelota esté en la cancha del Poder Legislativo, esta no es sino una metáfora que expresa una verdad a medias.

El poder concentrado controla, casi sin espacio a la disidencia, a su extenso bloque de asambleístas de Alianza País. Cuando hubo discrepancias, las sanciones fueron drásticas. Los legisladores del bloque aliancista no son libre pensadores. Es una manera dura de entender la disciplina partidista.

Los expertos consideran que el Código es punitivo en exceso. Algunos temas llamaron la atención de los asambleístas como la cárcel para las mujeres embarazadas, las duras penas para quienes no afilien a sus empleados al Seguro Social y, especialmente, los temas de mala práctica profesional.

Los médicos hicieron un despliegue sistemático de difusión de ideas durante todo el debate legislativo, sin éxito. Fueron más allá de la comisión especializada que estudió el proyecto de código que envió el Ejecutivo, hablaron con las más altas autoridades del Ministerio de Salud, pero sus esfuerzos fueron vanos. Sus temores se confirman en el proyecto que va camino de ser ley, y la reacción no se deja esperar.

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