La cultura popular es el relato de la convivencia de las generaciones nuevas con las antiguas. Esa especial relación es la que hace que las sociedades continúen adelante y vean en sus tradiciones orales, musicales y visuales un cúmulo de experiencias y vidas. Se trata, en realidad, de una performance continua. El lamentable fallecimiento de Guillermo Ayoví, el famoso ‘Papá Roncón’, nos pone en perspectiva de cómo el esfuerzo de un ciudadano puede cambiar nuestra percepción de los valores culturales de los pueblos.
Ayoví fue un visionario. Tomó a la marimba como su vehículo de expresión de la cultura de su comunidad, la afroecuatoriana. Para eso no solo se valió de los saberes de los afrodescendientes, sino que investigó el arte de los awás, el grupo indígena que habita el nororiente de Esmeraldas. Sincronizó esas fuerzas y las llevó a las noches de bohemia de su Borbón natal. Ayoví fundó el grupo La Catanga y empezó a mostrar el alto valor musical de Esmeraldas al país y al mundo. Lo antiguo eran las estructuras melódicas y armónicas, lo nuevo era darles un sentido de espectáculo, una exigencia del canon occidental de cultura-entretenimiento, como una única categoría. La cultura popular tiene sus héroes y ‘Papá Roncón’ era uno de sus titanes.
El sábado se conmemoró el Día del Pasillo Ecuatoriano. Su camino ha sido también aglutinador. En las décadas de 1940 y 1950 pasó de la cantina a ser un invitado de honor en la cultura ilustrada de la época, pero por más que se le puso frac y se lo llevó a los teatros, su fuerte acento coloquial y fatalista no lo alejó de las clases populares. El pasillo debería ser una analogía de cómo deberían ser las cosas en el país, un factor de unión.
Es reconfortante advertir cómo, al igual que una melodía pasillera, nos unen ritmos fraguados en las playas y las selvas esmeraldeñas. Somos más que un país que lucha contra la mala política, la inseguridad y las desigualdades. Somos diversos culturalmente, somos ganadores como lo demuestran los triunfos en el Sudamericano de Atletismo o el bicampeonato de Independiente del Valle. Somos más que un país en un atolladero.