La caída del presidente hondureño, Manuel Zelaya, provocó la inmediata reacción de la Organización de Estados Americanos (OEA). Hoy se busca reinsertar a este país al sistema interamericano.
Con el retorno del ex presidente Manuel Zelaya, destituido de su cargo y exiliado, por haber pretendido violentar las normas pétreas de la Constitución de su país, quedaría zanjado un proceso político irregular que afectó a Honduras. Luego de la salida de Zelaya del poder, la expulsión de Honduras del sistema de la OEA y la solidaridad de varios mandatarios, entre ellos el ecuatoriano, con el presidente depuesto, llegaron las elecciones presidenciales. En ellas triunfó Porfirio Lobo. La comunidad americana ha efectuado importantes esfuerzos para que Honduras recupere la normalidad. Destacan las gestiones del presidente Juan Manuel Santos, de Colombia, que ha hablado del tema con el presidente Hugo Chávez, de Venezuela, y uno de los defensores del presidente Zelaya, para que el mandatario defenestrado retorne a su país y las cosas se calmen.
El 1 de junio la OEA tratará la posibilidad de reinsertar a Honduras en el sistema interamericano, superando este enojoso episodio para la democracia continental. Pero Ecuador, por intermedio de su canciller Ricardo Patiño, desde la lejana Indonesia, donde viajó luego de contar los votos de la consulta, ha dicho que el tema solamente se superaría con la restitución de Manuel Zelaya en el poder.
El presidente Correa en su momento dijo que Honduras sería un buen lugar para morir, en alusión a su solidaridad con el presidente depuesto. Tras las gestiones de jefes de Estado de distinto signo ideológico, incluido el Presidente de Nicaragua, cabría que Ecuador se sume a la idea de acoger a Honduras otra vez en la OEA.