Cubanos en el limbo

El Presidente demócrata de los Estados Unidos, a punto de entregar su mandado a su sucesor republicano, selló una fase de las normas migratorias.

El acto administrativo es una consecuencia de la reanudación de las relaciones a nivel de embajadas acordada entre Barack Obama y Raúl Castro.

Cuba y EE.UU. mantuvieron un largo y polémico pulso desde el advenimiento de la revolución cubana, en 1959.

Varios factores desembocaron en la promulgación de la Ley ahora derogada. A la intensa y sostenida huida de cubanos que llegaron principalmente a Miami, el punto más cercano a la isla caribeña en los EE.UU., se sumó la agudización de la crisis interna por el período especial, tras la Perestroika y la caída del muro de Berlín.

Crisis puntuales como la de Mariel y la de los balseros, más un goteo permanente de cubanos en busca de libertad y trabajo, causaron tensiones diplomáticas y problemas humanitarios.

Los cubanos que eran detectados en el mar eran devueltos a Cuba. Aquellos que lograban poner sus pies en EE.UU. tenían derecho a obtener la residencia tras un año y un día de permanencia.

La norma facilitó a cubanos que, por mar o atravesando varios países del continente, intentaban llegar a EE.UU.

La decisión de Obama es saludada por varios gobiernos, entre ellos el del Ecuador. Pero con la eliminación de la Ley, tristemente, miles de cubanos que estaban de paso en muchos países se hallan ahora en el limbo.

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