La medición de mayo del 2020 a mayo del 2021 en materia de crédito muestra algunos signos importantes que marcan que la credibilidad va en aumento.
Este Diario publicó algunos datos muy interesantes, basado en cifras de la Superintendencia de Bancos. Solamente las personas y empresas que creen, que ven posible la reactivación y saben que pueden afrontar con responsabilidad las deudas acuden al crédito productivo.
En emprendimientos individuales y empresariales se muestran datos alentadores. En el período apuntado, la variación es de 8,2% en microcrédito y de 11,1% en los demás rubros del sector productivo.
En consumo, educación e incluso vivienda las cifras todavía exhiben un freno preocupante en relación con igual período medido; esos rubros también debieran reactivarse poco a poco. Pero nada se logra de la noche a la mañana, como es sabido.
Toda esta buena noticia debe ser acompañada de efectos virtuosos, como los que sobrevendrían si el llamado del Presidente a la banca se cumple: bajar las tasas de interés.
Probablemente, solo entonces más ecuatorianos se animen a endeudarse para distintas actividades y se dinamice la economía; así, el consumo y el gasto en actividades turísticas con la debida bioseguridad, podrían ser un motor indispensable que a su vez volvería a generar miles de plazas de empleo. Es indispensable y además tiene sentido social.
Las tasas de interés para la construcción han bajado, pero deben seguir descendiendo para que uno de los sectores que más encadenamientos productivos estimula, crezca. Allí, además de los rubros ferretero y de materiales de construcción, de profesionales, ingenieros y arquitectos, se encuentra la mano de obra poco calificada, que ha sido duramente castigada por el doble golpe de la crisis y la pandemia de modo consecutivo en estos años.
Junto a esta alza, el aumento de recaudación tributaria y la reactivación esperada después de la expansión de las vacunas, así como el llamado a la inversión extranjera, podrían volverse otras buenas noticias.