Mañana (18 de abril) en el coliseo General Rumiñahui el Consejo Nacional Electoral (CNE) empieza la apertura de 3 865 urnas que contienen aproximadamente un millón doscientos mil votos.
La decisión del máximo organismo del sufragio responde a un llamado de dos actores políticos, el alcalde de Guayaquil y el Presidente de la República.
Jaime Nebot calificó esa salida como ‘supra legal’ pero la vio como una puerta para que el país tenga claridad de lo ocurrido el 2 de abril.
Una parte del Ecuador duda de la pureza del sufragio y el resultado de una década política de tensiones y polarización no ha contribuido a profundizar el ejercicio sano de la política con ideas y confrontación de tesis sino de formar grupos antagónicos a favor y en contra del Gobierno. Tenemos un país dividido y eso se hace más ostensible desde el cierre de las urnas y las demandas por saber los resultados con transparencia.
El proceso decidido por el CNE ha sido cuestionado una vez más por la Alianza Suma Creo que apoya la candidatura de Guillermo Lasso e insisten en su tesis. Apertura total de las 41 000 urnas de todo el país y el exterior.
Quizá una buena salida sea que Creo acuda al proceso, y si al verificar las papeletas encuentra evidencias de resultados alterados en las actas insista con vigor en sus tesis. Además, la ley le faculta a seguir todos los procedimientos, reclamaciones administrativas, objeciones, impugnaciones y apelar al Tribunal Contencioso Electoral.