El punto de partida del proceso electoral se alista con la apertura de las inscripciones oficiales de los candidatos.
Una vez que se cerraron las alianzas y ya tenemos un número abundante de precandidatos presidenciales -demasiados-, el paso siguiente será la apertura de inscripciones.
No se trata solamente de los binomios que intentarán alcanzar el favor popular para llegar al Palacio de Carondelet, sino las listas de legisladores y parlamentarios andinos. Cerca de tres semanas tendrán las organizaciones políticas para oficializar sus candidatos hasta el 8 de octubre.
Luego el Consejo Nacional Electoral (CNE) deberá calificarlos. Sería deseable que no haya factores de tacha por falta de requisitos legales previos. Luego, y una vez aprobados, vendrán las impugnaciones y más adelante la campaña proselitista y la selección popular en las urnas.
La situación de la pandemia impone una serie de cuidados especiales. Por ello, que se haya ampliado la lista de recintos y lugares aptos para ejercer con distancia el deber y derecho al sufragio es una buena noticia.
Pero como bien ha advertido la presidenta del CNE, Diana Atamaint, habrá gastos adicionales para separar las filas de votantes y tomar medidas sanitarias y extrema protección a los vocales de cada mesa.
Es muy importante que las personas de las juntas receptoras de voto sean jóvenes, con formación universitaria de ser posible, y que no tengan factores vulnerables en su salud, para evitar posibles contagios.
Muy importante entonces es la adecuada coordinación del Ejecutivo con la función Electoral para que los recursos lleguen a tiempo y en la cantidad suficiente para cubrir los costos del proceso eleccionario.
Como hay muchos candidatos, la distribución en gastos de propaganda y divulgación de ideas es fundamental. A falta de manifestaciones populares y campañas puerta a puerta, los medios masivos jugarán como nunca un rol clave en informar a la ciudadanía para que elija libremente.
Es muy importante el voto informado, no emocional sino racional, hacia el camino correcto.