Los Presidentes de Ecuador y Colombia dieron un paso positivo. Anunciaron que pronto, antes de Navidad, las delegaciones diplomáticas de ambos países tendrán otra vez embajadores.
Esa voluntad política manifiesta el buen tono del avance de las relaciones entre los presidentes Rafael Correa y Juan Manuel Santos, expresado en distintos gestos decidores.
El anuncio efectuado tras una reunión bilateral en Guyana, donde se celebraba la cita de Unasur, es un avance importante en un proceso que iniciaron los cancilleres de ambos países a fines del 2009, con el restablecimiento de las relaciones a nivel de encargados de Negocios, luego continuó con la llamada telefónica del presidente Correa en cuanto Juan Manuel Santos fue electo y con la presencia en Bogotá para los actos de transmisión de mando.
La relación entre ambos países llegó a atravesar críticos momentos tras la incursión de soldados colombianos para desmantelar un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, en una operación que acabó con la vida del cabecilla del grupo narco-terrorista, alias ‘Raúl Reyes’.
La confianza entre los presidentes Correa y Uribe se vio minada. El Ecuador sintió su soberanía seriamente afectada. Se rompieron las relaciones y el camino de reanudación fue largo, espinoso y tuvo momentos complicados.
Gestiones de buena voluntad como las efectuadas por el Secretario de la OEA, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter y el Grupo de Diálogo Binacional alentado por el Centro Carter y Naciones Unidas intentaron acercar a los gobiernos. Hoy el nuevo momento alienta a construir, con buena voluntad y confianza, el sendero de desarrollo y relaciones positivas que los dos pueblos demandan.