Con la garantía de deuda soberana del Estado ecuatoriano, se firmará el contrato de la obra pública más grande y costosa de la historia, la central hidroeléctrica Coca-Codo Sinclair.
Las autoridades insisten en que no habrá fideicomisos ni activos en garantía. No se prendarán las hidroeléctricas. La fórmula: garantía soberana, según lo faculta la Ley Orgánica de Empresas Públicas. En suma, más deuda externa.
El 15% del monto lo pondrá el Ecuador y hasta fin de año empezará a llegar el crédito del Eximbank chino. El interés es del 6,9%. Expertos del Observatorio de la Política Fiscal lo consideran oneroso, pues se debió mantener el fondo petrolero con ese fin. ¿Se pudo haber conseguido mejores condiciones, dinero a un interés más bajo? Talvez.
No hay que olvidar que es un contrato llave en mano. Este tipo de contratos suele aumentar los costos de construcción. En este caso, se calcula en USD 400 millones, aunque el Ministro de Sectores Estratégicos dice desconocer el detalle del contrato.
Hay un riesgo adicional, como ocurrió con grandes proyectos hidroeléctricos. Tal el caso de la gran presa china de Tres Gargantas, donde los reajustes de precios han sido exorbitantes en función del alza internacional de los materiales (hierro, por ejemplo).
En cuanto a la potencia de la central, se construirá con 1 500 MW con base en un estudio de México fechado en mayo y pese a un documento que presentó en enero la Comisión Federal de Electricidad de México y que recomendaba una potencia de 1 200 MW. En suma, el proyecto más grande de la historia del país, concedido llave en mano y financiado con deuda pública, amerita más explicaciones y un seguimiento muy detallado, para que esté listo en el 2016 y se haga con costos razonables.