EL CIERRE DE TV SANGAY

La atmósfera para el ejercicio de la comunicación sigue enrarecida en el país. El cierre de TV Sangay, aduciendo razones técnicas y considerado definitivo por la autoridad, pone a la sociedad en alerta.

El canal de TV que operaba en Morona Santiago expresaba de alguna manera el espíritu de la asignación de frecuencias a sectores comunitarios y pueblos ancestrales que se expresa en la Constitución.

Los problemas técnicos debieran ser superados y corregidos los fallos para borrar toda sombra de duda o discriminación desde el poder central hacia los habitantes de la zona, sus autoridades o al pueblo de esos territorios. Sería deseable que la autoridad facilite las condiciones técnicas para que la estación, cumpliendo los formulismos legales, vuelva a operar y sea un canal de expresión auténtico y libre.

TV Sangay ha optado por hacer sus programas en el parque central de Macas. Esto merece una seria reflexión sobre el estado de la libertad de expresión, que fue motivo de observaciones y recomendaciones en el reciente examen sobre DD.HH. en la ONU.

Como telón de fondo a esta nueva acción contra un medio de comunicación está el debate, largo y poco fructífero, de la Ley de Comunicación, que ha generado una polémica y ha mostrado las dificultades para alcanzar consensos.

El Presidente del Legislativo señala que en la primera semana de junio se votará dicha ley y asegura contar con votos suficientes que se sumen al bloque de Alianza País.

Varios proyectos, muchas discusiones y el lamentable incumplimiento de un acuerdo ‘Ético–Político’ en la Asamblea han quedado en el camino de una ley que podría poner más trabas a la libertad de expresión, valor superior de la sociedad y bien inalienable que no pertenece a los periodistas ni a los medios, sino a todo el conglomerado social.

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