El Municipio tiene un plan que busca consolidar un total de 80 kilómetros, en el norte y en el sur, de vías destinadas exclusivamente al transporte en bicicleta. Las ciclovías comenzaron con el cierre esporádico de algunas avenidas mediante un programa que posteriormente se volvió semanal y dominical.
Con excepción de la avenida Amazonas, entre la Orellana y la Patria, donde existe amplitud para que las rutas destinadas a las bicicletas sean de ida y regreso, existen otras calles donde este saludable sistema de transporte funciona con muchas dificultades y es motivo de protestas de usuarios de automóviles o de propietarios de locales comerciales.
Ese es el caso de la calle Antonio de Ulloa, una vía considerada de descongestión del tránsito atosigador de las avenidas 10 de Agosto y América.
Es muy sana la costumbre de ir y volver del trabajo en bicicleta, pero en Quito no termina de convencer por varios factores. Uno de ellos es la escasa tolerancia que muestran algunos conductores, especialmente de buses, hacia los ciclistas.
¿Cómo trasladarse en bicicleta entre el sur y el norte si, en la mayoría de avenidas, transitan buses a gran velocidad que dejan una enorme estela de humo? Donde funcionan los sistemas integrados de transporte no deberían transitar los buses de las cooperativas. Además, faltan normas de educación en el tránsito o una campaña para que la convivencia sea más tolerante.