Donald Trump inició su segundo mandato hace casi un mes. Ese 20 de enero de 2025, un grupo selecto de multimillonarios y ejecutivos de las principales empresas tecnológicas fue el centro de atención en la Rotonda del Capitolio.
Mark Zuckerberg (Meta), Jeff Bezos (Amazon), Tim Cook (Apple), Sundar Pichai (Google), Sam Altman (OpenAI), Elon Musk (X, Tesla y SpaceX) y Vivek Ramaswamy mostraron su respaldo al nuevo presidente de Estados Unidos.
Musk lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental, con autoridad para efectuar cambios radicales en el gasto público y ejecutar reformas estructurales a gran escala.
Este último fin de semana, Trump bromeó sobre cómo ciertos medios intentan separarlo de Musk, pero aseguró que no lo lograrán.
El primer período presidencial de Trump fue diferente. Hubo entredichos y disputas con las firmas tecnológicas y sus CEO. Ahora, los intereses son distintos y hay una apuesta clara por consolidar el liderazgo mundial.
Empresas como OpenAI, Google, DeepMind y otras están siendo impulsadas para desarrollar modelos avanzados de inteligencia artificial (IA) que refuercen la competitividad estadounidense en este ámbito.
Por otro lado, otra superpotencia, China, también presta atención a los beneficios geopolíticos y económicos que pueden brindar sus empresas y avances tecnológicos.
El lunes 17 de febrero, el presidente chino, Xi Jinping, organizó un simposio al que asistieron los líderes de Xiaomi, BYD, Huawei, DeepSeek (inteligencia artificial) e, incluso, Alibaba.
Este acercamiento podría frenar las campañas reguladoras de los últimos años en esa potencia asiática. Además, la reunión se realiza semanas antes de que el gobierno chino planifique su ruta económica y comercial para 2026.
Los expertos internacionales consideran que estos acercamientos son vitales, ya que, más allá de la pugna comercial y los aranceles, lo que está en juego es el liderazgo en la inteligencia artificial y otras tecnologías disruptivas.
El control de la IA es clave debido a su impacto en la seguridad nacional, la economía y la influencia global. Si dominas en esta tecnología habrá una ventaja en defensa, inteligencia y ciberseguridad. El resto del mundo es un observador, con la posible excepción de la India.