El censo que debía realizarse en 2020, finalmente se efectuará a finales de 2022. Esta es una herramienta que, bien utilizada, puede generar cambios positivos para la población, basada en los datos que arroje el estudio.
El Gobierno nacional anunció que entre el 7 de noviembre y el 18 de diciembre de 2022 se realizarán tres censos: el Octavo de Población, el Séptimo de Vivienda y el Primero de Comunidades. La calidad de la toma de los datos es lo que determina el éxito de un censo. En esta ocasión habrá cambios.
En primer lugar, se ha determinado un cambio metodológico: los datos pueden ser enviados a través de Internet. El otro cambio es que ya no se contará con la ayuda de los estudiantes de colegios para la recolección de la muestra. El Gobierno estima un ahorro con esa disposición: cree que un 25% de la población se censará de forma virtual. El Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) aseguró que para el efecto se reclutará a ciudadanos, quienes podrán censar a familias de su propia comunidad.
El Gobierno estima que ya no se necesitará a los 600 000 estudiantes que se desplegaban a lo largo del territorio nacional. Ahora se requerirá únicamente de 18 000 personas.
Esta metodología se utiliza, por ejemplo, en Estados Unidos. Tradicionalmente, en Ecuador se decretaba un feriado y las personas se quedaban en casa a la espera del encuestador.
Hay dos puntos débiles que se divisan a simple vista. El primero es el acceso a Internet. En Ecuador hay 10,2 millones de usuarios con acceso a la Web y el país tiene 17,7 millones de habitantes. Por lo que el acceso es limitado, en contraste a lo que ocurre en Estados Unidos, que es un país altamente conectado.
En segundo lugar, se entiende que habrá el reclutamiento de líderes comunitarios, lo que puede agregar un problema de duplicidad de información o de un bajo acceso a los ciudadanos, lo que podría agregar ruido a los datos recolectados; sobre todo si se tiene en cuenta que se amplía a un tercer censo, uno a las comunidades indígenas. Es deber del Gobierno prevenir los posibles problemas en la metodología para que el censo sea un éxito.