Talvez el escándalo de la valija diplomática que, procedente de Ecuador debía llegar a una sede de nuestro país en Italia, es uno de los que muestran que la justicia en el país no funciona.
Sí, porque en Italia el caso está cerrado, hay tres culpables en prisión y con sentencia y otros están a la espera del dictamen, pero en nuestro país la tramitología de la justicia y la investigación no han logrado que se avance mayor cosa.
El viernes se cumple un año del envío de droga en el interior de jarros de plástico que alertó a los perros policías en Italia. Todo demuestra que en nuestro país los controles fueron hábilmente vulnerados por los delincuentes, pero hace falta comprobar la cadena de contactos de los condenados por tráfico de drogas.
Un informe de Contraloría determinó fallas administrativas. El ex subsecretario Rafael Quintero -hoy candidato- se retiró del Ministerio de Relaciones Exteriores. A otros funcionarios no se los investigó de modo suficiente para establecer responsabilidades, si las hubiera habido.
Otro tema que muestra el contraste es que el canciller Ricardo Patiño recién modifica el reglamento para el uso de las valijas diplomáticas, conforme lo divulgó esta semana. Era el reglamento el que abría la puerta de forma aparentemente laxa a transportar por este medio todo tipo de objetos. La lenta mano de la Justicia ecuatoriana en este caso, tan expedita en otros temas, no llega al fondo de la cuestión.