La deriva de los acontecimientos políticos en Venezuela llevó a una situación límite.Juan Guaidó y Nicolás Maduro reivindican ser presidentes.
Los hechos de violencia – y todavía no se establece con precisión si hubo muertos en estos días – tienen que ver con dos escaramuzas militares que desconocieron a Nicolás Maduro y que fueron reprimidas con rigor.
En días pasados, Maduro había asumido un nuevo mandato presidencial ante el Tribunal Supremo de Justicia, que dirige políticamente. La Asamblea, controlada por la oposición, no aceptó posesionarle pues estima fraudulentos los comicios de mayo, marcados por el ausentismo, en medio de una crisis política, económica y social que se hizo crónica.
Juan Guaidó, quien está al frente de la Asamblea Nacional, se proclamó ayer como presidente interino.
Inmediatamente, el Gobierno de Estados Unidos, secundado por gobiernos como los de Argentina, Brasil, Perú y Colombia reconocieron al presidente interino. El Gobierno del presidente Lenín Moreno, que no envió delegación alguna a la posesión de Nicolás Maduro, reconoció como presidente a Juan Guaidó también.
Las marchas y manifestaciones ganaron las calles y la represión no se hizo esperar en distintos puntos de Venezuela, que había vivido jornadas de protestas y hasta la destrucción de una estatua del líder del llamado Socialismo del Siglo XXI, Hugo Chávez, en Ciudad Bolívar.
Maduro dice que rompe relaciones con Estados Unidos, país que tras reconocer a Guaidó, dijo que analiza todas las opciones, si Maduro usa la fuerza. Una advertencia también preocupante en un país sin salidas.
El chavismo destrozó la economía, persiguió y encarceló a lideres políticos opositores y volcó al éxodo a millones de personas – entre ellos los miles que están en Ecuador-.
En estos días de incertidumbre, hay que hacer votos por una salida pacífica y democrática antes de que el caos gane la calle. Cabe reconocer que la solución no es tarea fácil, pues la cordura debe primar y evitar así que las armas de las facciones hablen, y en voz alta. Un riesgo inminente.