La semana pasada fue prolífica en actos proselitistas, y aunque la campaña no se inicia y están pendientes la convocatoriaeinscripciones, la política busca espacios.
En una democracia fecunda, los medios aportan al debate con la divulgación de las tesis más diversas y el cubrimiento de los actos de campaña. La autoridad debe cumplir con su mandato de estimular la propagación de las tesis políticas y el conocimiento de movimientos, partidos y candidaturas.
Por eso, extraña el contenido de un reciente documento del Consejo Nacional Electoral (CNE) que hace advertencias a los medios. Más todavía, el intento de limitar la opinión. Por otro lado, en cambio, se usan medios públicos para promover la candidatura oficial.
En la última década, pletórica de campañas electorales, la desproporcionada difusión de la obra gubernamental, la falta de control del uso de los recursos públicos, y aun la fallida exhortación a suspender una sabatina, empañaron la igualdad para los actores políticos.
Los canales que controla el Gobierno transmiten el lanzamiento de Lenín Moreno y no hacen lo mismo con las candidaturas de Cynthia Viteri y Paco Moncayo. Se dijo que el gasto lo cubre Alianza País.
El CNE ha solicitado información y ha abierto un expediente ante la advertencia opositora de inequidad.
De su decisión dependerá que se despejen las dudas. Así se coadyuvará a que el electorado se entere de las propuestas y a crear el ambiente electoral que el país se merece.