EL BRILLO MINERO SE OPACA

Una de las empresas mineras más importantes, de aquellas anunciadas por el propio Régimen como inversoras de envergadura, se marcha del Ecuador. Se trata de International Minerals Corporation (IMC). La firma estaba a cargo de los yacimientos Río Blanco y Gaby en la provincia del Azuay. IMC decidió vender sus acciones, algo que para el Régimen es normal puesto que esas operaciones se efectúan en bolsa y son manejadas como parte de los planes de negocios y oportunidades en el mercado mundial.

La empresa aduce varias razones para irse. Llevaba 20 años en fase exploratoria. Sostiene que el ramo está parado en Ecuador desde el Mandato Minero emitido por la Asamblea Constituyente el año 2008. El Gobierno se comprometió a enviar este año reformas legales que no llegan al ente legislativo hasta la fecha.

Para la empresa el marco legal es poco claro y los aspectos de regalías e impuestos no le satisfacen. En el primer trimestre se firmó, luego de largos diálogos, el contrato con Ecuacorriente para la explotación de cobre en el proyecto Mirador. El Gobierno sostuvo que dejaría USD 20 000 millones en 20 años. El primer desembolso prometido por Ecuacorriente, de USD 40 millones en septiembre, hasta hoy no se concreta.

Otro contrato que se suponía próximo a salir era el de la firma Kinross para la extracción de oro. Dos años ha tardado la negociación de la firma con el Estado.

Ellos tienen reparos al marco legal.Además, el entorno político puede ser hostil por la cercanía de las elecciones. Grupos políticos de izquierda, algunos de ellos cercanos en el pasado al propio Régimen, se oponen a la actividad minera y la califican como extractivista y peligrosa para los entornos ambiental y social.

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