La promesa de la Universidad Tecnológica Experimental, Yachay, una de las banderas del cambio en la educación que se plantea el Régimen, arranca en el primer semestre del año entrante. El proyecto tendrá su desarrollo físico en Urcuquí, un cantón de la provincia de Imbabura donde se expropiaron ya 4 200 hectáreas de áreas cultivables con el fin de desarrollar el campus.
Hay un incipiente desarrollo del asocio público-privado y las carreras nuevas mirarán la nanotecnología, las energías renovables, el cambio climático y otras ciencias afines. Las universidades establecidas reconocen la validez de la iniciativa.
La inversión de infraestructura será de USD 200, según un reportaje de EL COMERCIO (domingo, 25 de agosto, página 15).
Un impulso así en un país megadiverso pudiera explorar las investigaciones en principios potenciales de la vegetación, cuya oferta a la comunidad farmacéutica mundial supondría un enorme potencial económico y científico.
Aunque hay sectores que mantienen sus reservas sobre las relaciones que el Régimen buscó a través del viaje presidencial para una cita con el multimillonario David Murdock de la multinacional bananera Dole. En esa ocasión se aludió a aspectos complejos de los transgénicos cuya utilización se cuestiona en la Constitución. Cabe preguntarse si el fracaso de la iniciativa Yasuní puede comprometer o no algún eventual futuro apoyo internacional a Yachay.