El c aso del legislador Cléver Jiménez, la orden de prisión, las presiones del bloque de asambleístas de Alianza País por posesionar a su alterno Milton Gualán , las medidas cautelares de la CIDH y el escenario internacional, generan malestar.
El parlamentario de Pachakutik, así como su asesor y un activista, fueron condenados por sus acciones y declaraciones alrededor del interminable episodio del 30-S.
Ellos siguen en la clandestinidad. En la Asamblea las presiones del bloque oficial apuntan a su alterno y hay la amenaza de destituirlo si opta por no juramentar el cargo. El legislador ha dicho que mantiene su condición de suplente.
Este tema suscita un debate de fondo. La inmunidad parlamentaria protege a los titulares ante los ataques de sus adversarios políticos, promueve la fiscalización legislativa de los gobiernos y blinda de consecuencias los discursos y acciones de los asambleístas. Es una institución sin la cual no es viable la actividad de los legisladores.
Otro tema complejo para el Gobierno, que se está convirtiendo en una piedra en el zapato, es el frente externo. Se hace difícil asimilar en la comunidad internacional la negativa del Régimen a acatar las medidas cautelares de la CIDH.
Ocho congresistas estadounidenses le han hecho saber su incomodidad al Presidente, de gira académica por EE.UU. La deriva del caso podría llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos .
El Presidente, mientras tanto, no declina su posición.