Desde distintos frentes, hay el empeño de apoyar a las poblaciones de Esmeraldas, ligadas a la economía nacional no solo a través de actividades como la pesca y la agricultura sino del turismo.
De hecho, Esmeraldas es, en su conjunto, la más accesible a los turistas de Pichincha. Varios planes inmobiliarios se han desarrollado en zonas como Tonsupa y Same, y Atacames, Súa y Mompiche, por citar algunos nombres, son muy visitados desde todas las regiones del país y desde fuera de él.
La comida y la música complementan el atractivo de sus playas. En el empeño por recuperar el turismo perdido después de las afectaciones del terremoto de 2016 y por el temor que genera la situación en la zona más extrema desde inicios de este año -en la frontera con Colombia-, se han desarrollado varias iniciativas públicas y privadas.
Una muy importante es la que despliegan desde hace un año dos centros universitarios, enfocada a compartir con los trabajadores del sector turístico mejores prácticas en distintos niveles. La Cámara de Turismo, por su parte, está empeñada en atraer a los visitantes a partir de descuentos, algo que dio resultados durante el último feriado.
Todos los esfuerzos valen, pero es necesario dar mayor seguridad en las zonas donde hay actividades ilícitas, y sobre todo ofrecer verdaderas oportunidades educativas y de salud, así como empleo. Es la manera más segura para que esa provincia disfrute de sus encantos y los ofrezca a sus visitantes.