Un nuevo esfuerzo conjunto de la sociedad ecuatoriana por la vida y la salud de todos ya se hizo con la restricción horaria, la frugalidad y la limitación numérica de la cena navideña.
La celebración de Nochebuena del día 24 se adelantó a las horas de la tarde. Después del horario dispuesto por el toque de queda, se veían automotores circulando a velocidad por las calles de las ciudades.
Muchas personas decidieron dividirse en grupos para sustituir las amplias reuniones familiares, con el fin de acatar lo dispuesto. Otras optaron por las celebraciones virtuales.
Para millones de ecuatorianos, el cambio de costumbres empezó por la falta de dinero para las compras navideñas y la necesidad de repensar la dieta. Esta vez se comieron menos pavos en relación con otros años. Algo directamente vinculado con la apretura de los bolsillos y la falta de canastas navideñas, que esta vez no llegaron o vinieron magras.
Las personas que fueron despedidas tuvieron una Navidad amarga. No tan triste como aquella de la gente que perdió seres queridos o amigos, para quienes el 2020 será difícil de olvidar por la huella de la pandemia,
Hay otro grupo de personas que piensan que el aislamiento, la mascarilla y hasta la higiene repetida no sirven, ni para ellos ni sus semejantes. Abundan en el país y el mundo.
Muchos renegaron de la medida gubernamental, con razón o sin ella.
El sector comercial vio severamente disminuidos sus horarios de atención, pero también debieron calcular que las economías familiares esta vez no daban para compras abundantes, como sucedía antes.
Los restaurantes y los hoteles sufrieron un duro revés, con mayor apremio en los aforos y las playas cerradas; se deberá pensar en apoyos y hasta subsidios o amnistía tributaria, para que se siga invirtiendo y apostando por un futuro próspero.
La dura imagen de los niños pidiendo caridad en las carreteras se repitió, y la de personas y familias en las vías de las ciudades se intensificó.
Viene la fiesta de Año Nuevo. El esfuerzo y la disciplina de todos puede -y debe- salvar muchas vidas.