A la apertura, para enfrentar los costos del virus

La reactivación de las actividades productivas pasa por una reapertura urgente pero ordenada en todo el planeta.

Los estragos en China y los lugares primarios de origen del coronavirus ya se van superando poco a poco.

Luego la tierra devastada fue Europa, pero varios países con gigantes esfuerzos tras la tragedia recuperan su ritmo y tratan de volver al trabajo.

La inteligencia y la visión de estadistas y líderes, así como de las sociedades, marcaron tiempos distintos.

Así, hubo países europeos con menos contagios y por ende menos fallecimientos tras estallidos de insólita magnitud como en Italia y España.

Temas claves fueron la disciplina y el músculo financiero para atender la emergencia sanitaria y las urgencias económicas y atenuar el desempleo.

El caso de Alemania ha sido señalado como emblemático, con 156 000 millones de euros para pagar sueldos de empleados públicos y privados.

Algo insólito que queda para el análisis y la historia es el caso de Estados Unidos. La potencia planetaria, con una economía que venía en franco crecimiento, resultó vulnerada.

Al momento es el país del mundo con más contagios y muertes. Pero la cifra más alarmante -más allá del dolor de muertes inocentes- es la del desempleo: 40 millones.

Los cálculos oficiales sostienen que la pandemia del desempleo se cifrará en esa nación en 25%. Muy alta.

Un punto específico de estudio será Nueva York, tanto su estado como la Gran Manzana, una de las ciudades símbolo de ese país y del orbe. Poco a poco viene la reapertura en estados y distintas ciudades y el gran reto allí es reanimar la economía.

Sudamérica es tema aparte. En Brasil, con un presidente que minimiza el virus, el contagio se expande.

En Perú la pobreza muestra datos escalofriantes, pese a las reservas económicas y el esfuerzo de control. En Venezuela alarma el crecimiento.

Chile, con su Reserva Monetaria de USD 40 000 millones, tuvo un buen momento. Hoy el contagio crece.

De Ecuador ya sabemos la foto: adelanto en prevención y desprolijidad en las cifras. Acompasarse interna y globalmente es el gran reto.

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