No es posible concebir que una obra tan importante como el nuevo aeropuerto de Quito en Tababela sea inaugurada sin que antes se haya terminado de construir la carretera o autopista que facilite el traslado de los usuarios. La principal vía de acceso Collas-Guayllabamba, que tendrá un costo de USD 70 millones, es considerada de vital importancia, especialmente para quienes se dirijan hacia el aeropuerto desde las zonas del norte de la capital.
Según Panavial, empresa constructora de la carretera, el plazo para concluir la obra es de entre 18 y 20 meses. Los trabajos empezaron a finales de julio, por eso la vía, si es que no hay más contratiempos, estará terminada de construir en abril del 2013.
Pero resulta que el desfase es evidente porque el aeropuerto está previsto que comience a operar en octubre del 2012. De ser así, la terminal aérea se inauguraría sin su principal vía de acceso. La otra carretera de acceso al nuevo aeropuerto es la conocida como E-35, que comienza en la zona de Tambillo, pasa por Pifo y El Quinche y termina en el nuevo recinto aeroportuario. Según constataciones in situ, en esa ruta no hay maquinaria que esté trabajando, es decir, está virtualmente paralizada. El Ministerio de Transporte y Obras Públicas admitió en su página web que el avance del mejoramiento de esa vía es de apenas el 1,66%, lo que muestra a las claras que ha avanzado muy poco.
De acuerdo con el avance de los cronogramas de obras en las dos vías, si el nuevo aeropuerto de Tababela se inaugura en octubre del 2012, las vías para llegar a él no estarán listas, en tanto que el actual aeropuerto Mariscal Sucre continúa sufriendo problemas de saturación debido a que su infraestructura hace tiempo que es insuficiente e ineficaz.