Han sido varios meses de polémicas, informes y contrainformes. Esta semana el Concejo Metropolitano de Quito anunció que al fin se suscribe un acuerdo con el concesionario Quiport.
El Convenio, al que todavía le falta la revisión de la Contraloría, fue precedido de un aval y luego se dio paso a los contratos complementarios que se refieren a aspectos del fideicomiso, a la propia concesión y a la recaudación. También los contratos contienen temas de carácter ambiental.
El monto de la obra, que se empezó a construir con el sistema de ‘swiss challenge’, fue aprobado por el anterior Concejo Municipal pero fue cuestionado por la Contraloría y produjo una investigación judicial. Esto llevó al nuevo Alcalde, quien había sido parte del Consejo en el período anterior, a anotar cuestionamientos relacionados con los costos.
Sobrevino la paralización de las obras y su reinicio ha supuesto un atraso considerable y el incumplimiento de los plazos de entrega ofrecidos.
Con el contrato, se espera reanudar pronto las obras en el aeropuerto, que es esperado por el público.
Se anunció la semana pasada la decisión de construir la ruta norte con un costo de USD 50 millones, asumido por el Gobierno, y que tardaría 14 meses. Solamente si se construye una ruta directa se podrá operar en la nueva terminal. La opción se decidió pese a los criterios técnicos que decían que había que priorizar la readecuación de la actual vía a Tumbaco, la ruta sur -para la que no existe financiamiento- y la vía escogida por Gualo-Puembo de la que existía un crédito de la CAF pero que se abandonó aduciendo la dificultad de construir grandes puentes. El aeropuerto está a la espera del reinicio de obras y sus vías.