Luego de años de negociaciones y tropiezos, el Acuerdo Multipartes del Ecuador con la Unión Europea salió adelante.
A falta de la ratificación en la Asamblea, que se da por descontada, y con el paso dado por Parlamento Europeo para facilitar la puesta en vigor del acuerdo de adhesión, Europa se presenta promisoria para los productos ecuatorianos. Un mercado de 514 millones de personas, el segundo más grande hoy por hoy, y potencialidades grandes en cacao, café, frutas, atún, camarón y otros rubros abren para los productores y exportadores ecuatorianos inmensas posibilidades.
Ahora, y luego de la zozobra de la fecha límite en la que nuestros productos ya no iban a tener preferencias arancelarias, la pelota está en la cancha de los empresarios ecuatorianos.
La balanza ahora está a nuestro favor, depende de la creatividad y de la competitividad del productor nacional para ampliar ese margen. Hace falta adecuar niveles de calidad a las exigencias del mercado europeo y asumir el reto de incrementar el volumen. Eso ya se puede hacer con un marco jurídico nuevo que permita la inversión e innovación.
Los camaroneros, por ahora, adelantaron negociaciones y cupos de nuestros apetecidos mariscos. Los bananeros pueden elevar sus cuotas paulatinamente con un nivel de arancel que será liberado en el 2020. El mercado interno debiera beneficiarse con una oferta de calidad de productos europeos. Es la buena noticia del 2016.