El reciente descubrimiento y de seguro no el último de un monto considerable de dinero en efectivo enciende las alertas.
Hace pocos días conocíamos de la captura de un capo de la mafia ecuatoriano en Colombia, a quien la justicia de Estados Unidos busca llevar a su país para ser juzgado. La acción de la Policía detectó un millonario botín: USD 12 millones en dinero en efectivo. Otra operación encuentra ahora USD 2 millones más.
Todo estaba en una casa con seguridades, rejas eléctricas y cámaras, en Manta. Las investigaciones conducen a presumir que debe haber otro tipo de escondites llenos de dinero. Más allá de la historia personal del antiguo pescador ahora mutado en narcotraficante, la situación obliga a prender alertas indispensables.
EL COMERCIO ha registrado la acción de la fuerza pública en el microtráfico pero la dosificación de los operativos no puede ni debe descuidar estas acciones coordinadas contra el crimen organizado internacional.
Manabí, una provincia rica con atractivos turísticos y una población industriosa, también ha sido presa de los tentáculos de estas mafias, que antes eran detectadas por los equipos instalados en la Base de Manta.
Sin soslayar el trabajo decidido de las autoridades y jueces, el país debe poner empeño en profundizar esas tareas de control para localizar activos lavados y bloquear los riesgos que pueden multiplicarse, por ejemplo con la firma de la Paz con las FARC en Colombia.