Más acceso al crédito y tasas de interés más asequibles son dos factores indispensables para una reactivación económica que es urgente.
Un paso adelante ha dado la Junta de la Política Monetaria y Financiera. Formulará un esquema más ordenado y coherente de tasas de interés, con rangos menos complejos.
El Ministerio de Finanzas sostuvo en las reuniones que el esquema vigente ha generado confusión en los clientes. Se lo debe simplificar.
Un aspecto clave es el requerimiento de garantías. Si bien deben ser proporcionales y deben existir de modo fehaciente, el sobre cálculo muchas veces frena las operaciones.
Ciertamente que la quiebra empresarial y los problemas de flujo de caja y de cadena de pagos pasaron un punto crítico en el confinamiento.
Justamente por eso hay que echar a andar el motor de la economía, y qué mejor que hacerlo con el sistema crediticio. Los bancos están solventes y líquidos y tienen dinero para colocar.
Una reactivación productiva demanda más comprensión para ampliar los plazos y propender a renegociaciones que sean favorables para que los negocios se levanten y prosperen, pero pensando en que también el sistema de préstamos recupere el dinero de modo seguro.
Por eso es que el nuevo cálculo de tasas de interés debe ser el adecuado. Cuando sobrevino la dolarización siempre se habló de tasas de interés que bajarían a un dígito.
El mundo asiste a un esquema de tasas muy bajas. La oferta de dinero es abundante pero en el país hay costos y valores exagerados.
Los técnicos explicaron a este Diario que se debe tomar en cuenta, para el esquema de tasas, el valor del fondeo, el riesgo, costos operativos y costos de capital. Las tasas suelen ser demasiado altas y las tasas de consumo, ni se diga. Eso no facilita la dinámica comercial y de negocios donde es preferible que el dinero vaya y venga muchas veces.
La Junta se ha puesto un plazo de cinco meses para estudiar el esquema. La reactivación es urgente; esperar hasta el segundo semestre del año entrante sería muy tarde.