Hoy se presenta el libro del general Ernesto González, jefe del Comando Conjunto de las FF.AA. durante la rebelión policial del 30 de septiembre del 2010.
El capítulo sobre los hechos de entonces tiene particular interés por tratarse del más alto jefe militar que encabezó la operación de rescate del Presidente.
El primer tema que salta a la vista, más allá del aspecto semántico que el propio oficial matiza en las entrevistas, es que se trató de una insubordinación y que el Jefe de Estado estuvo retenido. Otro tema digno de comentar es que, según el libro, el jefe de la Casa Militar de entonces advirtió al Mandatario sobre los riesgos de ir al Regimiento Quito. El exfuncionario negó tal afirmación.
Según González, el Presidente se comunicó varias veces por teléfono con sus ministros y el jefe militar. Habría dado la orden de ejecutar el rescate e incluso un anuncio de su salida habría motivado una orden de González para impedirlo y preservar la vida del Presidente.
El autor afirma haber rechazado una llamada del presidente Chávez y evidencia un cruce de palabras con el Ministro de Defensa de entonces. Javier Ponce negó haber sugerido que se diera un golpe y se declaró sorprendido por la versión.
Los hechos derivaron en acciones que el país civilizado rechaza y nadie desconoce: el serio riesgo que corrió la vida del Presidente y la muerte de ecuatorianos.
Luego del debate, que debiera servir para enriquecer la historia, es deseable que se sigan restañando las heridas que abrió el lamentable capítulo.