El 10 de Agosto y la libertad

Mañana es 10 de Agosto. Más allá del debate sobre las fechas patrias, clave de nuestra historia, su simbología es un innegable legado para la formación de los valores que nos unen como nación.

No importa tanto si la ciudad de Quito fue el primer sitio donde algún patriota dio el primer grito de libertad. Su bautizo como Ciudad Luz de América le acompañará siempre. Mucho se discute si se trataba de una auténtica búsqueda de emancipación de la corona española o un movimiento que reivindicaba a esa corona frente a lo que estaba sucediendo en Europa con España ocupada por Francia.

La velada de los patriotas en casa de Manuela Cañizares seguirá siendo uno de los hitos que marca nuestra historia nacional. Abre la lucha por las libertades y pone de manifiesto el espíritu rebelde de los vecinos de Quito, mestizos, indígenas o descendientes de españoles que componían desde entonces el crisol de nuestra sociedad.

Bastará recordar la represión brutal a los patriotas y la sevicia con que acabaron con ellos. Pero la idea libertaria, que siguió más tarde con la proclamación de independencia de Guayaquil y la posterior Batalla del Pichincha, estaba sembrada.

Durante años se celebraron actos como la posesión de los parlamentarios y los presidentes el 10 de Agosto. Hoy que la fecha queda escondida en el feriado, es menester reflexionar sobre la pasión y la vocación de los habitantes de Quito y el Ecuador entero, por sacudirse de los yugos y ratificar su vocación libérrima.

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