El Consejo de Participación Ciudadana y el futuro
Desde hace 11 años, el injerto de un cuerpo extraño en el tejido constitucional ha traído sobresaltos.
El Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs), un organismo ajeno a la tradición ecuatoriana y copiado del modelo venezolano, fue todo un experimento.
Se decía que iba dar paso a la expresión ciudadana. La verdad es que fue un organismo tomado por el poder Ejecutivo en la década pasada, como lo fueron todas las funciones y organismos del Estado, por esa vocación de concentración y control.
El Cpccs era la base del Quinto Poder, cuyos representantes no llevaron la voz de la ciudadanía a la alta estructura estatal. Tal el fracaso. Algún alquimista del Gobierno elaboró un remedio peor que la enfermedad. Un Cpccs de elección popular.
Con candidatos sin vinculación a los partidos, supuestamente para que no se contaminara y con unas pastillas promocionales en las que hacían muchas ofertas, el reino de la confusión hizo presa de los electores, y así fue el resultado.
La confusión aumentó cuando el Consejo Nacional Electoral no dio reglas oportunas ni claras para el conteo de los votos nulos, ante una exigencia de varios sectores.
Los votos blancos exceden hasta cinco veces los promedios históricos, y los votos nulos son más del doble, lo cual deja un panorama opaco. Nulos y blancos superan varias veces a los del consejero más votado.
Algunas fuerzas echaron sus redes para pescar a río revuelto. Al menos dos partidos hicieron sus propias listas, quizá con la esperanza de una cosecha abundante que, al final del día, terminó siendo modesta.
Lo de fondo, más allá del millonario desperdicio de recursos públicos en medio de la crisis, es la validez de un Cpccs que ya no tendrá la función de elegir organismos ni autoridades, puesto que por mandato popular el Transitorio completó el esquema. Ahora ya se discute si vamos a una reforma, una enmienda o una consulta popular que extinga la efímera vida del experimento fallido. Hasta tanto, se espera que los consejeros elegidos actúen con sensatez.